20 febrero 2014

El Camino Lebaniego. Etapa 0: MADRID-SANTANDER (tren)

Etapa 0:  Madrid – Santander (tren)

Sábado, 7 de septiembre de 2013

En esta mañana del sábado 7 de septiembre salgo de mi casa con mi mochila y mi bastón camino de la estación de Chamartín. Me despido de mi chica al pie del andén y una vez más me encuentro camino de una nueva aventura peregrina. Es ya mi octavo camino. Mi idea es aprovechar los primeros días por el camino de la costa para disfrutar algo de la playa e ir aclimatándome al caminar diario. En esta ocasión no he tenido casi tiempo de entrenar, y mi preparación se ha visto reducida a un par de largas caminatas por Madrid de unas 4 horas cada una.
Estación de tren de Santander

Por desgracia, las predicciones metereológicas en principio son adversas y dan lluvia y tiempo inestable para los próximos días. Ya veremos…

El tren sale de Chamartín a las 8:30 y tiene prevista su llegada a Santander a las 12:48. Durante el viaje disfruto con el paisaje y con la agradable sensación de volver a sumergirme en una experiencia que me apasiona. En cuanto nos vamos acercando a la cordillera cantábrica el sol deja paso a las nubes y comienzan los chubascos.

Santander me recibe con el cielo encapotado amenazando lluvia. Al salir de la estación me dirijo sin vacilar al albergue de peregrinos Santos Mártires. Está cerca de la estación. Tras subir una cuesta y avanzar unos metros por la calle Rúa Mayor llego hasta su puerta. Entro y hay cola para registrarse, ya que acaban de abrir. Hay un grupo de españoles de cincuenta y tantos años y algunos extranjeros. En unos diez minutos me toca. El precio son 10 € con desayuno y 15 € con cena. Elijo la opción más económica. Me asignan una litera y en ella me instalo.

Entrada del Albergue de Peregrinos de los Santos Mártires
El albergue se encuentra en un piso. Hay una gran habitación llena de literas y baños separados para mujeres y hombres. Es cierto que las literas están algo apelotonadas, pero eso aumenta su capacidad, algo de agradecer en una gran ciudad como Santander. Los baños son algo pequeños, pero suficientes. He leído en internet muchas quejas sobre este albergue, pero a mi particularmente no me parece tan deficiente. Es cierto que podía estar mucho mejor, pero tiene los servicios básicos, las camas son cómodas y el desayuno (café con leche y tostadas con mantequilla y mermelada) es abundante. Supongo que cuando se llena del todo debe ser algo agobiante, pero es lo que hay. El hospitalero estuvo correcto. Le pregunté si tenían la credencial especial del Camino Lebaniego, pero su respuesta fue negativa. Usaré la clásica que he conseguido en la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Madrid.

Catedral de Santander
Como decía, mi idea era disfrutar de la ciudad y de su playa durante este primer día, estando como estamos en septiembre. Por desgracia, hoy ha llegado una borrasca a la península y cuando salgo a la calle para dar una vuelta está diluviando, lo que me hace desistir de mi intención de dar un gran paseo hasta la playa del Sardinero. Como ya se acerca la hora de la comida me dirijo al restaurante de la estación del FEVE, donde recuerdo que en anteriores visitas a la capital cántabra comí bien y barato.

Al salir de la estación después de un buen yantar llueve con ganas. Intento dar un paseo para bajar la comida, pero tanta agua es un agobio, por lo que vuelvo al albergue, donde pasaré casi toda la tarde algo aburrido, leyendo las “guías” que llevo del camino y las diferentes alternativas que se me van a plantear. Han llegado más peregrinos y la verdad es que en la zona donde está mi litera el olor a tigre es bestial. Como el albergue está medio vacío y parece que no se va a llenar pienso en cambiarme de litera más tarde

A media tarde salgo a tomar un helado Regma. ¡¡¡Cómo me gustan estos helados!!! Como sigue lloviendo me lo tomo dentro del mercado del Este que está cubierto. Las Heladerías Regma solo las encuentras en Cantabria y Asturias. Hacen unos helados estupendos en cuanto a tamaño, sabor, textura y precio.
Imagen del tiempo estupendo que me recibe en Santander

Tras saborear el helado vuelvo al albergue. Veo que sigue habiendo mucho sitio libre y procedo al cambio de mis bártulos a otra litera en un lugar de la sala menos ocupado y sin tan malos olores. Tal y como está el tiempo no me apetece ni salir a cenar, por lo que doy cuenta de parte de la barra de fuet que he comprado por la tarde.

Durante la cena charlo con Anna, una alemana que esta recorriendo el camino del Norte desde Irún, y después me junto al grupo de españoles que también está cenando en el comedor que hay a la entrada del albergue y que solo abren para las cenas y los desayunos. A eso de las 10 me voy a dormir con la noticia de que Madrid es la primera descalificada para organizar los juegos olímpicos de 2020, que al final serán en Tokio. Tal y como está el patio en nuestro país, no me extraña que nadie nos elija para celebrar nada.

Mañana comienzo a caminar. ¡Vivaaa!

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