06 febrero 2015

EPÍLOGO CAMINO LEBANIEGO-VADINIENSE (LEON - MADRID)

Sábado, 21 de septiembre de 2013

Plaza Mayor de León con mercado
Me levanto en el albergue San Francisco de León a las 9:15. El resto de mis compañeros de habitación ya han partido en busca de su aventura diaria. Yo hoy me lo tomo con más calma. Me aseo y hago la mochila por última vez en este camino. Me visto con mis ropas de "reposo" y bajo a dejar mis bartulos en la recepción del albergue.

Catedral de León
Al haber finiquitado ya los kilómetros previstos hoy solo me queda disfrutar de una plácida mañana en León, saboreando el fin de la aventura y rememorando los mejores momentos, que han sido muchos. Voy a desayunos un "desayuno del peregrino" a un bar que hay en las inmediaciones del albergue, donde por 2,20 € me obsequian con un zumo de naranja natural, un café con leche y un croissant a la plancha.


Catedral
Un peregrino en León
Una vez he tomado cuenta del desayuno, paseo lentamente por la ciudad sin un rumbo definido. Paso por la Plaza Mayor donde hay día de mercado. Mis pasos me llevan casi sin pretenderlo hasta la Plaza Regia donde se encuentra la Catedral. Decido entrar a visitarla. Pregunto y con mi carné de estudiante de la Uned me hacen un pequeño descuento. Por 4€ me entregan un audioguía y me permiten la visita a la catedral y al claustro donde se encuentra un museo de esculturas.

Vidrieras iluminadas por el sol
Rosetón soleado
Volviendo de pasada a mi reflexión de ayer sobre el cobro en la visita a las catedrales, me parecería más lógico la entrada libre a la catedral y cobrar estos precios simbólicos con los extras que te ofrecen de audioguía y visita a zonas más "exclusivas".

Claustro de la catedral
Nuevo organo de la catedral
Así pues, recorro la catedral parándome ante cada "item" que me indica la audioguía para escuchar la historia de cada uno de los puntos de la construcción. Como es natural, una de las cosas que más me impresionan son las esplendidas vidrieras, obra maestra del gótico que ya he tenido la ocasión de visitar y observar otras veces incluso desde cerca en una visita a la zona alta que hice hace un par de años.

Catedral
Gárgola
Contemplo como se está instalando el nuevo organo por el que ayer se festejaba. Después paso a ver la zona del claustro donde están custodiadas las 23 esculturas del pórtico meridional desde que hace unos años se decidiese trasladarlas a esta nueva ubicación por su gran deterioro y delicado estado de conservación en el que se encontraban en su lugar original.

Concluyo mi visita a la catedral y voy a dar una vuelta en busca de algún regalito para Virginia, a la que ya tengo muchas ganas de volver después de los quince días que llevo recorriendo los caminos del norte de España.

Más catedral
Adiós, León!!!
Una vez resuelto el tema regalos, veo que se va acercando la hora de ir a por mi mochila. Cuando llego al albergue el atento portero me la entrega y marcho hacia la estación. Antes de ir hacia allí y como me queda una hora hasta la partida de mi tren pienso en comer algo rápido. Aún es pronto y no tengo mucho apetito. Veo un Burger King y decido tomarme un pequeño menú con bebida, hamburguesa y patatas pequeñas por 3,90 € (Un menú "king ahorro").

Finalmente me dirijo a la estación de tren, donde a las 14:28 tomo el tren que me lleva a Madrid donde me espera mi novia, mi familia, mi gente, mi Vida.

fin



EPÍLOGO


Credencial y Lebaniega
Hoy 5 de febrero termino el relato de aquel camino maravilloso que realicé hace casi año y medio. Fue el octavo Camino. La octava ocasión en que me calzaba las botas, llenaba mi macuto, vaciaba mi alma y me disponía a llenarla de aventuras y recuerdos, en esta ocasión durante una travesía de dos semanas por los senderos de Cantabría y León.

Algunos de esos recuerdos y vivencias quedan prendidos dentro de uno y no se pueden borrar. Otros son materiales, como la credencial, una entrada a una iglesia o la postal que te envía alguien a quien ya consideras para siempre como amiga peregrina.

Credencial con todos sus sellos
Hoy escribo estas lineas desde casa de mis padres y es aquí donde tengo, en una estantería y bastante desordenado, un batiburrillo de papeles, credenciales, cilindros con compostelas, finisterranas u otros certificados similiares y otros recuerdos que quedaron en mis bolsillos o en mi riñonera al final de cada una de mis peregrinaciones. Por un momento me he asomado dentro de estos recuerdos y he decidido rescatar algunas de las cosas que pertenecían a este camino y hacerles unas fotos para compartirlas aquí.

Quizás algún día podría ordenarlo todo y hacer una especie de pequeño museo, aunque no termina de convencerme la idea...

Lebaniega que finalmente me enviaron a casa
Hace poco más de una semana que acabo de regresar de mi décimo camino, esta vez recorriendo de nuevo el camino francés desde Astorga hasta Palas de Rei, pero en esta ocasión con unas condiciones climatológicas adversas: nieve, viento, niebla, mucho frío.

Pero también con unas condiciones óptimas para la reflexión, la superación, la introspección y el sentir esencial del camino: la generosidad, la hospitalidad, la solidaridad.

En las próximas semanas comenzaré a narraros la última gran aventura de este humilde peregrino de la vida: el camino 10.


Mosaico de recuerdos del Camino Lebaniego-Vadiniense. Septiembre de 2013.

No hay comentarios: